Respetar, honrar y venerar la presencia de nuestra madre celestial en el cielo, en la tierra y en todo lugar... hoy, mañana y siempre.
La Santísima Vírgen María y su Divino hijo Jesús, caminan de nuevo entre nosotros/as aquí en la tierra, para acompañarnos en este valle de lágrimas en el que se encuentra envuelta hoy en día la humanidad entera; ellos esperan de usted y de mí, nuestra ayuda para extender más y más, su mensaje de amor y salvación a todos/as, es necesario que la humanidad entera se vuelva hacia Dios , para alcanzar el consuelo de sus atribulados corazones y poder cumplir con los preceptos divinos de desempeñar una misión en esta vida, que solo le pertenece al dueño de toda la creación, El Padre Celestial, a quién debemos clamar misericordia, por la existencia en el mundo, bién contaminado por falta de amor y respeto a la existencia de la vida del mismo ser humano en esta tierra, que nos ha visto nacer por voluntad de un Padre Creador y extremadamente bueno DIOS TODOPODEROSO Y SANTO.
viernes, 30 de enero de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)